En busca de Summerland

Escrita y dirigida por Jessica Swale, esta película no reinventa el género ni su trillado escenario de la Segunda Guerra Mundial, pero puede ofrecer consuelo a aquellos que buscan una conmovedora historia de familia encontrada y la importancia de las historias.

Entre su premisa familiar y las actuaciones genuinas, Summerland se ve ocasionalmente obstaculizada por el melodrama, pero en general es una película muy dulce.

Gemma Arterton protagoniza el papel de Alice Lamb, una escritora espinosa y solitaria que vive en la costa de Inglaterra en medio de la Segunda Guerra Mundial. Su vida solitaria se ve interrumpida por la llegada de Frank, un joven y sensible evacuado de Londres que necesita un hogar temporal.

Alice no se toma a bien la presencia de Frank al principio, citando su trabajo como de mucha más importancia, pero a medida que Alice deja entrar gradualmente a Frank en su vida, los dos forjan un profundo vínculo.

Una escritora atormentada por una historia del pasado

Al mismo tiempo, Alice recuerda una relación apasionada y de cuento de hadas que compartía con su compañera académica Vera (Gugu Mbatha-Raw), lo que la llevó en parte a cerrarse al mundo.

La historia se completa con visiones de Alice décadas más tarde (interpretada por Penelope Wilton) mientras se esfuerza por completar su siguiente manuscrito.

En su primera mitad, Summerland es exactamente la película que uno esperaría que fuera, ya que Alice y Frank se juntan a trompicones. Arterton hace un excelente trabajo al transmitir la aversión inicial de Alice a otras personas, así como su lado más suave al compartir sus intereses con Frank y verlos correspondidos.

Swale representa bien la naturaleza de ensueño del entorno rural y se preocupa de mostrar realmente por qué Alice y Frank hacen una buena pareja.