Locusts

El tercero nos hunde en los tiempos contemporáneos: territorio minero mayormente vacío, donde un cadáver aún no identificado se encuentra enterrado en la grava. ¡Y todo esto en menos de tres minutos!

El primer gancho resulta ser puramente metafórico: Langostas no es una película de terror sobre langostas. Los ganchos número 2 y 3 están envueltos en múltiples misterios, insinuando posteriores inversiones de la trama, revelaciones y complicaciones.

Sin embargo, es difícil para cualquier cineasta, incluso para Martin Scorsese, evitar por completo la asociación de «tele-drama teaser» con este tipo de flashes de precrédito hacia adelante y hacia atrás en la línea de tiempo de la narración.

Una extorsión a manos de una banda de matones

Esta no es la última vez que las langostas incitarán a algunos espectadores a preguntarse sobre cómo se cuentan y organizan las historias en nuestra era actual, en la que tanto los creadores como los espectadores se mueven entre los formatos de cine y televisión.

Una vez que el gancho de apertura se ha terminado, nos instalamos en el cuento guía del hombre de negocios Ryan (Ben Geurens). Está regresando de mala gana, en un auto elegante, a su ciudad natal para el funeral de papá.

Este lugar de origen del que Ryan huyó una vez desafiante ha visto ciertamente días mejores: el paisaje es seco e improductivo, la economía local ha quebrado y la vida interior de sus habitantes se ha reducido a miserables bolitas de oportunismo agresivo.