La misión (The Mission)

Ambos enfoques son validados, y conducen al mismo resultado: el fracaso, la destrucción del Edén, su salvación. En fin, la autenticidad en el compromiso de estos dos arquetipos está consagrada.

La pureza de los hombres del campo frente al compromiso de las élites. Un contraste bastante clásico que encontrará durante mucho tiempo las encarnaciones futuras en nuestro mundo.

Los partidos políticos, el Sindicalismo, las Religiones, las diversas Órdenes, son y serán siempre afectados por esta dinámica. Tratar de escapar de ellos es una gran apuesta de la película y de nuestras vidas. Sigamos adelante.

Un mercader arrepentido, en busca de redención

La elegancia de los «salvajes» y la valentía de los «civilizados». Una perfecta ilustración de las consideraciones de Jean Jacques Rousseau, la moralidad es consustancial al estado de la naturaleza de la Humanidad.

Cuanto más civilizados se vuelven, más se comprometen. En este sentido, la visita del Señor Altamirano a la misión del Padre Gabriel es un buen ejemplo.

Mientras está abrumado por la belleza de este reino de Dios recuperado, no puede hacer nada más que firmar su destrucción, hasta que pierda la estima de sí mismo y de su papel. La civilización, que Altamirano no puede dejar atrás, es la obligación de la renuncia.