365 DNI (365 Days)

Netflix y yo tenemos definiciones muy diferentes de «romántico». Y yo recomendaría leer esa descripción de nuevo, y luego saltarse los primeros 25 minutos de la película, porque realmente no ayudarán a arreglar las cosas tan bien.

Sí, Massimo (Michele Morrone) es un gángster, al igual que su padre. Pero papá no quiere tener nada que ver con las jóvenes refugiadas que le ofrecen algunos potenciales socios comerciales. «Mi familia nunca ha estado en este tipo de negocios», dice en italiano.

Los traficantes le piden que lo reconsidere, pero no lo hace, y llama a su mano derecha, Mario. El padre y Massimo hablan de mujeres. El hijo había visto una debajo de la casa y estaba momentáneamente distraído. Se abrazan… y alguien les dispara a ambos. Un disparo, a través del padre. Pero Massimo sobrevive.

¿Fueron los traficantes de personas? ¿Fue otra persona por alguna otra razón? No lo sé. Y no lo averiguamos. Y de todas formas, la mayoría de las veces no importa.

Un secuestro durante 365 días para que se enamore de él

Nos salteamos cinco años – pero no antes de la primera entrada en una banda sonora bastante horrible – y rebotamos entre Massimo y Mario quejándose de algunas inversiones que salieron mal en una sala de juntas, y la directora de ventas Laura Biel (Anna Maria Sieklucka) defendiendo su decisión de permitir a una banda ruidosa en el hotel de su cliente en otro.

Massimo quiere que le devuelvan su dinero, más los intereses, y pone algunas fotos supuestamente incriminatorias delante de quien asumo que es un ejecutivo de la empresa de inversiones. ¿Es con hombres? ¿Con mujeres? ¿Niños? ¿Cachorros? No lo sabemos. Pero debe ser malo. Laura hizo lo correcto y consiguió tanta publicidad para el hotel que están reservados para las próximas cuatro semanas.