Niágara (1953) es una película dramática dirigida por Hugo Fregonese. La historia sigue a Rosalind Dee, una mujer apasionada y decidida, interpretada por Arlene Dahl, que se ve envuelta en un complicado triángulo amoroso.
Rosalind, una cantante de cabaret, regresa a su pequeño pueblo natal para escapar de su tumultuosa vida en la ciudad. Allí se reencuentra con su antiguo amor, Paul Chandler, quien ahora está casado. La llegada de Rosalind revive viejas pasiones y provoca tensiones entre los personajes.
La trama se complica aún más cuando Rosalind se convierte en el objeto del deseo de otro hombre del pueblo, generando un torrente de emociones y conflictos que amenazan con desbordarse.
La película explora temas de amor, deseo y traición, destacando las actuaciones intensas de su elenco principal y la atmósfera dramática creada por su dirección y cinematografía.
Niágara es una historia de amor y conflicto, donde las decisiones de los personajes y las fuerzas del destino se entrelazan en un torrente de emociones profundas.